octubre 12, 2006

En los años sesenta vivimos al ritmo del rock and roll y Los Ramblers

En los años sesenta vivimos una época de gran creatividad en lo artístico y cultural

Recuerdo claramente que mi hijo Pablo (hoy comunicador audiovisual autodidacta y ex subdirector de Curanilahue Televisión ), siendo una criatura que apenas se alzaba alrededor del metro de estatura y en el momento en que ambos mirábamos televisión, me preguntó:

- ¿Qué programa de la televisión te gustaba cuando eras niño, papá?
Ante su interrogativa mirada contesté
- Cuando yo era niño, en Chile, no había televisión, hijo.

El abrió sus ojos, observó fijamente con el ceno fruncido y me tiró como un balde de agua fría su conclusión:
- ¿¡Entonces vivían en la prehistoria!?

Parece irreal, pero no es más que un pensamiento verdadero de un niño actual y lo escucho a diario en la sala de clases donde comparto inquietudes con estas nacientes y adorables criaturas.

En realidad yo nací antes, pero comencé a vivir la realidad de los años 60 posterior al terremoto que me referí antes, ya que como resultado de él la casa campesina de mis abuelos paternos terminó en el suelo y con ello debieron trasladarse a la ciudad y fundar los pabellones de la actual población Santa Clara.

No había radioemisora, ni televisión, La Voz de Arauco en Cañete y El Pilpilcano en el mineral eran los contactos con los sucesos locales. Lejana e irreal nos llegaban las emisiones de radio "El Carbón" de Lota donde conocimos los éxitos de la "Nueva Ola Chilena".

Y que hacía la juventud en ese tiempo. Nos comportábamos bien y nos acostábamos temprano dirán hoy las y los coléricas(os) de entonces, tranquilas madres, padres y abuelas(os) hoy. Lejos de la verdad. Crecía en la ciudad, especialmente en el verano, la época más creativa y disparatada de la historia comunal.

Los carnavales eran acontecimientos que hacían vibrar hasta los muertos, festival de la canción, bailes populares en la plaza de armas al ritmo de los Ramblers y otros grandes de rock and roll. El quiosco era el escenario natural donde Bandas como Los Cliffton, Los Jets hacían de las suyas, deleitando a los asistentes. Cómo olvidar la transmisión de partidos de fútbol realizada con una moneda sobre una cuerda del bajo electrónico de Waldo Rodríguez, por ejemplo.

Quien no recuerda con cariño las disparatadas apariciones del Centro de Actividades Macabras "CAM" y sus sacrificios humanos, muertos andantes sin cabeza, ahorcados en la plaza, momias, vampiros y otras especies transportadas en la carroza mortuoria desde el cementerio.

Los grandes clásicos universitarios en el Estadio Municipal, las obras de teatro en el hoy desaparecido Cine Municipal con lleno total de público, todo sin en peso de presupuesto pero de gran éxito, respaldo y presencia del público.

A ese ambiente llegó la radio Tucapel de Cañete, donde nacieron voces inolvidables como Miguel González, un señor del micrófono y su inseparable cigarrillo.

Entonces... realmente no era la prehistoria

Y que hacía la juventud en ese tiempo. Nos comportábamos bien y nos acostábamos temprano dirán hoy las y los coléricas(os) de entonces, tranquilas madres, padres y abuelas(os) hoy. Lejos de la verdad. Crecía en la ciudad, especialmente en el verano, la época más creativa y disparatada de la historia comunal.

Leer más...

No hay comentarios.: